El acoso laboral o mobbing hace muchos años que existe, pero con la crisis económica, podemos decir que hubo un incremento de casos de este tipo. Asimismo, existiendo cada vez más información sobre esta materia, cada vez más trabajadores se han atrevido a dar el paso de a reclamar sus derechos ante situaciones de acoso laboral.
Se entiende por acoso laboral aquellas conductas de hostigamiento ejercidas por superiores o compañeros de trabajo con el objeto de minar psicológicamente al trabajador, y que suceden de manera continuada, reiterada y sistemática. Como consecuencia de este acoso, el trabajador puede sufrir trastornos de tipo psicológico, que muchas veces llegan a conllevar su baja médica. En tales casos, el trabajador puede llegar a percibir su entorno de trabajo como intimidatorio y sufrir auténtico pánico a acudir a su trabajo. Dada la existencia de componentes subjetivos, no siempre es fácil detectar si nos encontramos con un caso de mobbing; ya que lo que para un trabajador unos hechos pueden ser simples desavenencias con un superior o compañero, para otros pueden afectarle más a nivel emocional. Dependerá, por tanto, no tanto de los efectos en el trabajador sino de que la conducta susceptible de se considerada mobbing realmente lo sea y se dé una efectiva relación de causalidad. El acoso laboral puede ser de tipo horizontal, que es cuando viene causado por compañeros de trabajo sin diferencias jerárquicas en el organigrama de la empresa, o bien, de tipo vertical, que es cuando proviene de un superior jerárquico.
Cómo saber si sufres mobbing
Por todo esto y mucho más, es de vital importancia encontrar material de referencia para poder definir qué es mobbing y qué no lo es. El experto en esta materia, Iñaki Piñuel, en el 2013 publicó el libro Mobbing: cómo sobrevivir al acoso psicológico en el trabajo. En esta publicación, además de aportar algunas ideas para que el trabajador pueda aliviar su situación, establece 42 puntos que él considera como signos de alarma siempre se produzcan de manera continuada en un periodo de seis mes al menos dos veces por semana. En su opinión, si se cumplen estos requisitos que enumera, entiende que el trabajador está sufriendo acoso laboral.
Entre los síntomas que destaca Piñuel, destacan algunos muy concretos que permiten identificar si existe o nouna situación de acoso laboral. Podemos citar algunos de ellos:
a) Las relaciones personales cambian y se restringen; por ejemplo, el jefe o los compañeros de trabajo se niegan a hablar o reunirse con uno, ya sea a través del silencio e ignorándolo o respondiéndole de malas maneras y con gritos. Otro factor clave es el menosprecio del trabajo. Ya sea criticando o lanzando falsos testimonios sobre su persona, lo que supone un menoscabo a la libertad para realizar sus labores ante el miedo de volver a ser criticado. Esto convierte el lugar de trabajo en un sitio que rebosa negatividad y afecta psicológicamente a la víctima.
b) También se puede hacer sentir mal al trabajador según el volumen de trabajo, tanto por exceso como por defecto. En ocasiones, se le asignan demasiadas tareas que son imposibles de abarcar; mientras que otras veces se retiran las responsabilidades para luego acusarle de vagancia y de no hacer nada.En este caso, habría que definir si se trata de un caso deliberado o simplemente que las necesidades de la empresa han disminuido. Siguiendo con las tareas encomendadas, también es posible que el trabajador sea obligado a realizar labores sin las medidas de seguridad pertinentes y que pongan en peligro su integridad física.
c) La punta del iceberg serían las amenazas, ya sean gestuales, verbales o por escrito. Estas pueden ir acompañadas de insinuaciones o proposiciones sexuales. Cuando son indirectas, el perpetrador del acoso puede alegar que se trataban de “simples bromas”. De ahí que, como hemos comentado, siempre va a haber un componente subjetivo sobre la intencionalidad o no de ese acoso, o si simplemente son “imaginaciones” de la víctima.
El primer paso para intentar atajar este problema es darse cuenta uno mismo de que existen unos síntomas de acoso. Una vez identificados esos síntomas y la causa de los mismos, hay que disponer de elementos de prueba para poder demostrarlos. En este sentido, pueden servir documentos, correos electrónicos, mensajes, testigos, grabaciones, etc. que permita puedan probar la existencia del acoso laboral.
Aunque pueda resultar difícil, hay que evitar reaccionar a insultos o provocaciones, ya que cualquier conducta reactiva podrían volverse en su contra, al poder servir de excusa para justificarun despido disciplinario.
En un procedimiento judicial, se admitiría como prueba una grabación, ya sea de video o de audio, siempre y cuando en la misma también apareciera la persona que la proponga como prueba, es decir, el trabajador acosado.
No cabe duda de que el acoso laboral es un fenómeno que puede afectar muy negativamente la vida de un trabajador, por lo que la negación del mismo nunca es la mejor solución. Siempre hay que busca apoyo en la familia y/ amigos, y en casos de mayor gravedad puede ser muy recomendable buscar ayuda psicológica. Y, evidentemente, si se tiene intención de reclamar hay que consultar a un abogado laboralista experto en casos de acoso laboral o mobbing.

Daniel
Abogado y fundador de Marben Abogados, con más de 15 años de experiencia práctica llevando casos ante la jurisdicción social. Es miembro del Ilustre Colegio de Abogados de Barcelona y especialista en derecho laboral, dentro de esta área del derecho en casos de despido y acoso laboral. Es Licenciado en Derecho por la UB, y cursó el programa D.I.N de ESADE (2003). Asiste regularmente al Foro Aranzadi Social de Barcelona desde hace años, y a ponencias relacionadas con Derecho Laboral.